Pero esta vez, señor, me has dado una montaña
Una montaña que sabes que nunca podré subir

You gave me a mountain

Esta canción que encabeza el relato es la plegaría de alguien desesperado, que ha salvado duras pruebas pero que cree que esta no la podrá superar: su mujer está cansada de ser su mujer.
Elvis la cantaba como si la vida le fuera en ello. En esa época también se sentía así. Su esposa le había dejado por su profesor de kárate.

Esta versión me conmueve especialmente. Pertenece a un concierto que ofreció Elvis solo unas semanas antes de morir. Está exhausto, físicamente destrozado, inmerso en una espiral de tranquilizantes que le ayudan a dormir y estimulantes que le mantienen despierto. Sin embargo, su voz sigue siendo prodigiosa. Tal vez hubiera pensado, como el Príncipe de la Bulería, que hay un momento en el que lo mejor que un artista puede hacer por su carrera es morirse.

If I can dream suena cada vez que el protagonista entra en el ascensor. Su letra desempeña un papel importante en la historia. Me gusta mucho esta canción porque supuso una de las pocas rebeliones que Elvis se permitió frente a su manager, el Coronel Parker.
En 1968 Elvis decide dejar el cine o al menos el cine que había hecho durante la mayor parte de los años 60: películas de escaso presupuesto y nulas intenciones artísticas. Su vida está en una encrucijada. Las películas que hace cada vez interesan a menos gente, sus únicos discos son las bandas sonoras de esas películas, lleva años sin tener un éxito en los primeros puestos de las listas. En resumen, su popularidad está bajo mínimos.
Entonces, la NBC le ofrece grabar un programa especial de televisión para emitirlo en navidad. Lo dirige un joven Steve Binder que consigue que Elvis se deje aconsejar y se ponga en sus manos. El especial consta de una parte en la que Elvis canta en público en una especie de jam sesión en la que viste su famoso traje de cuero negro. Se alternan actuaciones con un cuerpo de baile n las que Elvis hace un recorrido por las músicas que han influido y marcado su carrera. Faltaba una canción que sirviera de broche final. El coronel Parker quería que fuera un villancico, pero el nuevo Elvis necesitaba algo más serio si quería romper con la imagen superficial que se había ganado a pulso en Holywood.
De forma casi secreta encargaron la canción If I can dream que estaba inspirada en el famoso I have a dream de Martin Luther King, asesinado unos meses antes en Memphis. La muerte de Luther King había impresionado a Elvis casi tanto como el asesinato de Kennedy. Cuando el Coronel se enteró de que esa canción iba a sustituir al villancico de cierre montó en cólera. Por suerte, esta vez Elvis sí impuso su criterio y el programa acabó con esta maravillosa canción. La banda sonora del programa entró en el Top ten, y lo que es más importante, le permitió cantar por primera vez a Elvis con una orquesta de cuarenta músicos, le abrió la mente a nuevos caminos artísticos y le devolvió las ganas de actuar en directo.

I have a dream de Martin Luther King.